¡Descubre cómo sostener el ramo de novia!
Con los siguientes consejos tendrás claro cómo llevar el ramo de novia el día de tu celebración. Haz que este elemento lleno de color, flores y delicioso aroma sea tu mejor aliado camino al altar. ¡La actitud y postura hacen parte de las claves!
El ramo o bouquet es uno de los accesorios más llamativos del estilismo nupcial, pues sus colores y forma hablan de la alegría del día, imprimen delicadeza y encanto y, generalmente, son un pequeño abrebocas a lo que será la decoración para matrimonio. Este es un elemento que no se selecciona con ligereza, pues además del gusto y las preferencias de la pareja, se tiene en cuenta el diseño del vestido de novia, el tipo de celebración y el resto de estilismo nupcial como el peinado de novia, si llevará velo o la altura de los zapatos, para que todo haga parte de la armonía deseada.
A pesar de ser tan frecuente, es común que al ingreso a la iglesia no haya claridad sobre cómo ubicarlo o cómo llevarlo para que luzca muy bien sin que se convierta en un ‘encarte’ o que genere incomodidad. Revisa los puntos para que sepas qué hacer con él y cuál es la mejor manera de sostenerlo.
Un ramo que sea diseñado para ti
El yugo o ramo debe ajustarse al modelo del vestido, al peinado recogido o suelto que decidas lucir y según la constitución. Así, para una novia alta un ramo con tallo largo o flores que caigan en cascada se ajustará a la perfección; si, por el contrario, se trata de una novia de baja estatura, lo mejor es uno de dimensiones más pequeñas. Para figuras anchas evitar los ramos muy circulares y decantarse por un ramo alargado o solitario.
En qué mano, ¿izquierda o derecha?
Tal vez, la duda más frecuente a la hora de sujetar el ramo camino al altar es saber en qué mano llevarlo. Si vas a entrar del brazo de tu padre o padrino, lo mejor es sostenerlo con la mano izquierda con el codo doblado, dejando la otra mano libre.
Si caminas sola puedes sujetarlo con ambas manos a la altura de la cintura. Los ramos alargados o en cascada se llevan con una o las dos manos según el caso, intentando que estén centrados y no tan pegados al cuerpo para que las flores conserven su caída natural.
Si es un ramo redondo o pequeño puedes acercarlo más, cuidando que las flores no rocen el vestido de novia sencillo, de forma que puedan mancharlo. Si es canasta puedes llevarla totalmente al costado.
Encontrando la altura adecuada
Teniendo en cuenta el tamaño, la altura a la que debe llevarse el ramo puede variar. Para los ramos muy alargados como los tipo cascada, las manos deben ir más arriba de la cintura, con los codos en ángulo de 90º para que las flores puedan lucirse en toda su extensión. Los solitarios pueden ir un poco inclinados a la derecha, con las manos sobre el ombligo y los redondos bien centrados y algo más abajo para que consigas una posición natural y descansada.
Firme y delicado
Es decir, no necesitas ‘estrangularlo’, ¡relájate y disfruta! De lo que se trata es que lo sujetes de manera firme que te permita realizar movimiento con soltura y delicados para que no termine en el suelo. La rigidez provocará que los brazos se cansen rápido.
La clave está en la naturalidad
Olvida que solo está ahí de adorno, por el contrario, será una extensión de todo el estilismo nupcial, incluso correspondiendo a la decoración de iglesia para matrimonio, por esto es muy importante llevarlo con naturalidad, sin movimientos impostados o que se vean incómodos.
Con tus manos no con los dedos
Sostenerlo con los dedos dará una idea errada de incomodidad o fastidio. Sujeta el ramo con la mano completa cerrando los dedos sobre el tallo y recordando no apretar.
Ubicar el frente
Todos los ramos tienen un frente que es el que debe ir mirando hacia los invitados. Pide a tu florista que lo identifique con una pequeña seña para que lo tengas presente todo el tiempo.
La compañía del ramo minuto a minuto
El ramo es protagonista en el ingreso y salida de la iglesia; por eso debes conservarlo durante la ceremonia mientras estés de pie, ubicarlo sobre el regazo cuando estés sentada y dejarlo a un lado en el momento del intercambio de argollas de matrimonio.
Vuelve a sostenerlo en la entrada a la recepción y las fotos de grupo. En el brindis, la partida del pastel de matrimonio y para el baile es mejor dejarlo en un lugar dispuesto para ello, luego buscarlo al momento de darle la suerte a alguna de las invitadas solteras.
La postura también influye
La actitud y la postura igualmente interviene en la manera en la que sostendrás el ramo. No se trata de que estés rígida y con la cabeza demasiado levantada. Bastará con que lleves los hombros hacia atrás y ubiques un punto focal hacia el altar o establezcas contacto visual con tu futuro esposo. La idea es hallar una buena postura mientras caminas, ¡ah! y recuerda sonreír, pues será un día maravilloso.
Que sea un reflejo de ti
Lo más importante es que el ramo corresponda con tu gusto personal, que tenga las flores y los colores que prefieres, combine con los demás arreglos florales para boda y que te haga sentir muy cómoda para que lo lleves con total naturalidad. También puedes probar opciones en tendencia como la inclusión de suculentas, la hierba pampa y follaje singular.
Estos ‘truquitos’ te ayudarán a sacarle todo el provecho a la belleza y armonía del ramo de novia. Recuerda que, si lo deseas, las flores pueden guardar relación al diseño de las tarjetas de matrimonio y todos los componentes de la celebración. Prepárate para caminar hacia el altar segura y muy confortable, y conservar ese sentimiento hasta el momento de abandonar la fiesta para irse a su luna de miel.
