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Matrimonios

Damas de honor: 10 errores frecuentes que debes evitar

Además de la emoción y el hermoso significado, ser dama de honor también exige una gran responsabilidad. Toma nota de las tareas y ten en cuenta los detalles para evitar malos entendidos.

John & Brigitte

Las damas de honor son esas familiares cercanas o amigas del alma que la novia quiere como su equipo de soporte, apoyo incondicional y en quienes deposita toda su confianza tanto en los meses previos a la ceremonia, como en el gran día. Son las verdaderas guardianas del ánimo, la tranquilidad y deben estar presentes desde la prueba del vestido, hasta la última revisión de la lista de chequeo.

Obviamente cuando alguna amiga próxima a casarse te elige como su dama de honor, la gran emoción hace que quieras aceptar sin pensarlo dos veces, pero es muy importante tener claro que además de lucir un hermoso vestido y caminar con ella hacia el altar, las damas de honor tienen una serie de tareas con las que la novia espera que la apoyen, siguiendo todas sus instrucciones.

Aquí te contamos cuáles son los malos entendidos más frecuentes y como evitarlos para convertirte en la compañera perfecta del gran día.

1. Aceptar sin preguntar

La mayoría cree que las funciones de la dama de honor se limitan a estar bellísimas el día de la boda, pero la verdad es que es mucho más que eso. Comúnmente las damas tienen una participación activa dentro de la planeación de la boda y deberán disponer de un tiempo para acompañar a la novia a las pruebas del vestido, los zapatos, soportar algunas tareas logísticas y en muchos casos servir de agenda para que nada se olvide. Independiente de si la novia eligió a una o varias damas de honor para su corte, mejor es tener claro que va a delegarse en cada una para poder hacerlo con la mayor disposición.

Si crees que no tienes el tiempo o el dinero que va a requerir cumplir con tu compromiso como dama de honor, lo mejor es decírselo a la novia desde que te lo proponga.

Elizabeth Carvajal & Alejo Mejía

2. No involucrarte en la planeación

Ligado a nuestro error número 1, se encuentra el de aceptar, pero no comprometerse realmente. Recuerda que la novia ha depositado en ti su confianza y necesita de tu ayuda. Asume desde el primer momento tu papel como ayudante de toda la celebración, ten tus tareas claras y ejecútalas con amor y entusiasmo. Ese será seguro el mejor regalo que darás a la novia y por el que te recordará siempre.

3. Guardarte lo que piensas

Es normal que por no herir susceptibilidades o por querer estar de acuerdo en todo, te reserves o finjas tu posición, pero recuerda que ser dama de honor es un voto de confianza y tu amiga necesita una opinión sincera, respecto al ajuar, el vestido, el peinado. Tu responsabilidad es ayudarla a que esté bellísima, así que lo mejor si algo no le queda bien o no va con su figura es decírselo de la manera más amable y amorosa y ayudarle a encontrar opciones.

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4. Querer hacer las cosas a tu manera

Es muy importante tener en cuenta que apoyar a la novia, no es decidir por ella. Una de las tareas más difíciles y en las que más frecuentemente pueden presentarse roces, es la de ayudar a la novia a su estilo. Debes recordar siempre ser muy respetuosa de sus gustos, sus aficiones y su manera de hacer las cosas, consultar todo y asegurarte de que contigo se sienta tranquila.

5. Ser indiscreta

Ser la dama de honor te compromete, ante todo, a guardar el secreto sobre los detalles y preparativos de la boda. Todas las conversaciones que tengan, todas las fotos que se compartan, y los planes que definan son en estricta confidencialidad. Hablar de más o comentar con alguien por fuera de este círculo de confianza, puede no solo incomodar a la novia sino dañar su amistad para siempre.

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6. Llegar tarde a los eventos

Eres el equipo de apoyo y la primera línea de confianza así que llegar tarde no está permitido. Esto puede interpretarse como desinterés y causar roces con la novia. Si se te presenta algún inconveniente que no te permita llegar a la hora pactada lo mejor es informárselo a tiempo. Eso sí por nada del mundo puedes llegar tarde a la boda.

7. Quejarse del vestido

Seguramente la novia evaluó muchos modelos y colores antes de decidirse por el vestido en el que quiere ver a sus damas de honor acompañándola al altar. ¿No es para nada tu estilo? ¿Sientes que no te favorece? Nada que hacer. Si el vestido no es lo que esperabas, lúcelo como si te encantara. Finalmente, por ese día, ella es la que manda.

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8. Tratar de sobresalir

Ni por encima de las demás damas, ni mucho menos intentando opacar a la novia. Recuerda que ese día debes enfocarte en hacer que ella se sienta bellísima y sea ella quien se robe todas las miradas.

9. Equivocarse con la despedida de soltera

Ser dama incluye conocer de cerca los gustos y aficiones de la novia, para poder convocar una despedida de soltera que esté acorde con su personalidad. Si es algo tímida y no tan apasionada por su despedida, prefiere un plan tranquilo de chicas como una tarde de spa, o una rica merienda en algún restaurante de moda. Si su ánimo es festivo y lleva meses hablando de lo que la ilusiona, pon en marcha un plan más travieso que incluya cocteles y baile en un club nocturno.

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10. Pasarse de copas

Tu tarea como dama de honor termina cuando la celebración esté llegando a su fin y definitivamente la novia este feliz por haber celebrado su gran día, así que lo mejor es disfrutar la fiesta y tomar con moderación. Recuerda que eres parte importante del evento y debes comportarte a la altura.