¿De dónde proviene la tradición de la pedida de mano?
¿Qué significa pedir la mano? ¿Por qué se arrodilla para pedir matrimonio? ¿Puede ser la mujer quien tome la iniciativa? Les resolvemos estas y otras dudas sobre esta práctica tan tradicional que se mantiene en el tiempo.
La pedida de mano de rodillas es una tradición que se remonta a la época Medieval, quizás porque los caballeros lo hacían ante señores y reyes como una forma de respeto y devoción.
Si quieren explorar y conocer más sobre este tema: cómo es el protocolo en otras partes del mundo o si una mujer puede hacer la propuesta, atentos a esta costumbre que se ha ido modernizando con el paso del tiempo.
- La tradición de pedir la mano y sus antecedentes
- El día que las mujeres tienen el control
- Costumbre de pedida de mano: el gesto de ponerse de rodillas
- Tradiciones de pedida de mano: otros acervos culturales curiosos
- Organización de pedida de mano
La tradición de pedir la mano y sus antecedentes
Lejos de lo que suele pensarse o significar hoy, el origen de pedir matrimonio respondía más a una transacción comercial que a un acto romántico.
El matrimonio no era más que un negocio y la unión de las parejas debía responder a intereses económicos o nobles más que amorosos: el cariño, si es que llegaba a existir, venía después como consecuencia del paso de los años y la costumbre.
Además, en el anterior contexto, las mujeres carecían de todos los derechos de los que se gozan hoy y eran tratadas como una propiedad que, en un primer lugar, pertenecía a su padre hasta que este le concedía los derechos al pretendiente.
Con esto claro puede entenderse cómo nació el concepto de pedir la mano, que data del antiguo Imperio romano. En ese momento existía una norma llamada “manus” —que no significa otra cosa que “mano” en español— que daba el poder jurídico sobre las mujeres a un hombre, bien fuese el padre o el esposo.
Los pretendientes debían pedirle al padre que le cedieran el “manus”, es decir, el poder sobre la mujer que querían como esposa. Esta costumbre con tintes machistas se fue manteniendo a lo largo de los años, pero con algunas variaciones porque las mujeres consiguieron ser reconocidas como sujetos con derechos.
En la actualidad, los más tradicionalistas, antes de entregar el anillo, lo que hacen es pedir permiso de los padres ya no por un mandato, sino por respeto. Es decir, los pretendientes buscan conseguir el consentimiento y aprobación de la familia simplemente porque valoran que puedan respaldar su compromiso, no porque deban hacerlo o porque consideren que deban reclamar la propiedad sobre su futura esposa.
El día que las mujeres tienen el control
En todo ese mar de tradiciones patriarcales en Irlanda nació una costumbre que venía a invertir los roles de género para otorgarles el poder a las mujeres de ser quienes pidan matrimonio. ¿El problema? La fecha solo ocurre cada cuatro años. Sí, el 29 de febrero fue el día que se destinó en este país para permitirle a las chicas hacer la pregunta.
Todo comenzó, de acuerdo con la leyenda, cuando Santa Brígida con cierta preocupación le manifestó a San Patricio que había hombres que se demoraban mucho tiempo en proponer matrimonio, bien porque eran muy tímidos o porque no eran capaces de decidirse a formar una familia, lo que hacía que muchísimas mujeres se sintieran frustradas.
Siendo el siglo V, lo que decidió el santo patrono del país europeo fue otorgar el permiso, eso sí, con la limitación de que solo podría ocurrir en años bisiestos. Hasta hoy se mantiene esta tradición en la que muchas compran anillos de compromiso para hombres y se ponen de rodillas para pedirles que sean sus esposos, solo que más a modo festivo que real.
Costumbre de pedida de mano: el gesto de ponerse de rodillas
Dentro de las costumbres que se repiten dentro del mundo nupcial hay gestos o mandatos que siguen realizándose, aunque las parejas desconozcan el origen. El compromiso, por su parte, no está exento de estos protocolos y tiene particularidades que se siguen haciendo como que el hombre se ponga de rodillas para pedir matrimonio. Este acto está relacionado tanto con el Medioevo como con el cristianismo.
Resulta que durante la época era normal que a modo de respeto las personas se pusieran de rodillas frente al rey para demostrarle lealtad y obediencia, al igual que en algunas ceremonias religiosas los creyentes deben arrodillarse durante momentos especiales en señal de sumisión. Por eso, no es raro que los hombres lo empezaran a hacer al momento de proponer matrimonio, puesto que no existía mejor manera de demostrar afección y devoción.
Tradiciones de pedida de mano: otros acervos culturales curiosos
Si les parece que la historia de los compromisos en Occidente ha estado cargada de protocolos y limitaciones, para los países orientales tampoco ha sido más sencillo. Por ejemplo, en Japón es necesario celebrar el “Yunio” (que significa ceremonia de compromiso) antes de formalizar cualquier intención de boda. Esta celebración consistía en reunir a ambas familias y estas debían ofrecer un total de nueve regalos envueltos en papel de arroz. Cada uno de ellos debía representar buenos deseos, pensamientos y deseos para la pareja.
En la India, por su parte, las parejas debían contar con una aceptación formal por parte del núcleo familiar del novio. Luego se llevaba a cabo una fiesta de compromiso en la que en lugar de un anillo se le daban brazaletes de hierro a las mujeres. Asimismo, en Tailandia tampoco se obsequiaba la tradicional joya de compromiso, sino que entregaban toda suerte de objetos elaborados en oro durante una celebración conocida como “Thong Mun” (compromiso de oro).
Organización de pedida de mano
La tradición de pedida de mano se ha ido transformando, las parejas dedican tiempo a planificar este importante momento porque pues desean que sea algo que se recuerde para siempre. De ahí que se busquen cómplices, se piense en el lugar indicado y la forma en la que se quiere entregar el anillo de compromiso. ¿Ejemplos? Puede hacerse escondiendo la joya en algún dulce o libro favorito, dejando el mensaje en el cielo a través de una avioneta, en un globo aerostático, entre otras.
Incluso, se acompaña de frases de pedida de mano: “Aquí se sella el comienzo de una historia de amor, que, en nuestro caso, no tendrá fin” “Prometo amarte con todas las fuerzas de mi ser y con mis mejores intenciones. Haré lo posible por hacerte feliz cada día de mi vida” “El destino nos puso en el mismo camino y ahora caminaremos juntos hasta el fin”.
Amplíen más información en los artículos del portal: ideas para entregar el anillo de compromiso y también maneras originales de proponer matrimonio.
Aunque las costumbres se han modernizado aún resulta raro para muchos que sean las mujeres quienes propongan matrimonio, sin embargo, cada vez son más las novias quienes deciden hacer la propuesta. A fin de cuentas, la boda es un compromiso de pareja y poco importa quién toma la iniciativa de caminar al altar mientras exista amor y voluntad de ambos de formar una vida juntos.