Las tradiciones sobre el velo de novia
Aunque actualmente se resume a una decisión personal de si la novia quiere llevar velo o no, esta prenda tiene una antigua y bellísima historia. ¡Descúbrela!
El velo hace parte de una de las tradiciones más antiguas del ajuar nupcial, es sinónimo de castidad y pureza y aún hoy se lleva en las ceremonias más tradicionales como parte infaltable del atuendo de bodas.
Este complemento comúnmente está elaborado en una tela delicada y muy fina que puede ser tul, raso o gasa de seda u organza y aunque actualmente se lleva en principalmente en blanco o en tonos pastel, por muchos años y en diversas culturas su gama fueron los oscuros y dependiendo de la costumbre se bordaban con hilos dorados, brillantes o piedras preciosas.
Como en muchos de los elementos que componen la ceremonia matrimonial contemporánea, a lo largo de los años se han planteado, diversas teorías para explicar el origen del velo de novia, que por lo general tienen su origen en rituales paganos o de diversas religiones. Así, el velo que actualmente se luce en las bodas, puede ser una adaptación occidental de las culturas orientales, romanas, griegas u otras de la antigüedad.
Rapto nupcial
En los pueblos bárbaros una costumbre bastante generalizada era la de “robar” a la novia para la boda en una población vecina. Para esto los novios tiraban una sábana sobre la mujer que sería su esposa, labor que les facilitaba el rapto.
Tradición de Oriente
Para las culturas orientales donde la mayoría de los matrimonios son, incluso actualmente, convenidos por lo padres, y la pareja no llega a conocerse con anticipación, el velo se usa para ocultar el rostro de la novia al novio y que este solo pueda verla cuando la ceremonia de unión haya concluido. Se dice que era para evitar que el aspecto físico causara algún rechazo. En la costumbre musulmana de hoy, aún se utiliza simbolizando el sometimiento de la mujer a la voluntad de su esposo. Es por esto que lo lucen tanto en la boda como en la vida diaria.
Grecia y Roma antiguos
En grecia y posteriormente en el imperio romano, el velo se usaba para proteger a la novia de las malas energías. La superstición de aquella época, obligaba a las novias a vestir esta pieza de tela ostentando los colores de la familia que iban del amarillo al rojo, con la misión fundamental de que la novia no fuera contagiada de “mal de ojo” que podía producirse por envidia de otras mujeres al verla desfilar hacia el lugar de la ceremonia.
Esta tradición se mantuvo hasta la edad media, tiempo en el cual el velo era complementado con otros ornamentos como cadenas y flores formando parte del vestuario femenino en las bodas.
Religión judía
Los judíos tienen la creencia de que en la celebración matrimonial, la pareja se encuentra en un estado de mayor cercanía con Dios y que las almas, en especial la de la novia, goza de un estado total de pureza, divinidad y santidad. El velo nupcial se usa para cubrir la luz que emana del alma de la novia durante la ceremonia, porque se cree además, que esta santidad necesita privacidad.
Iglesia católica
Originalmente, para la religión católica el velo significaba el apartamiento de la novia del mundo exterior, ya que a partir de la unión la novia se dedicaba única y exclusivamente a su esposo. Este se adoptó como elemento obligatorio del ajuar nupcial a partir del siglo XIX, con la función simbólica de indicar la pureza o virginidad de la novia y a partir de ese momento y luego con la elección de la reina Victoria de Inglaterra de usar un vestido totalmente blanco, contrario a la costumbre de la época para sus nupcias con el príncipe Alberto, el blanco se convirtió en el color simbólico de las bodas.
En la actualidad, la iglesia católica le atribuye al velo el significado de la protección de Dios a la nueva familia, ya que su semejanza con una tienda la acercan al concepto de techo del nuevo hogar.
Hoy en día, el uso o no de velo es una elección personal de la novia que puede obedecer a convicciones religiosas, cercanía con la tradición o gusto.
Muchas novias optan por llevarlos y cuentan con diversas opciones entre cortos y muy discretos hasta largos que completan la cola del vestido, dependiendo del estilo, el tipo de vestido y la imagen que quieren proyectar en su gran día.
