El matrimonio de Alejandro y Jenny en Rionegro, Antioquia

La crónica de nuestro matrimonio

Todas las historias de amor son muy bonitas; incluyendo la nuestra, pero muy pocas tienen magia. Considero que nuestra relación ha sido mágica desde el inicio. Es una relación llena de sentimientos, emociones, expresiones y de muchas maripositas en el estómago.

Como queríamos tener una ceremonia al aire libre; tuvimos que casarnos en una parroquia una semana antes al día de la celebración. Ese día fue muy especial para nuestras familias y para nosotros, por que sentimos la bendición de Dios en el nuevo hogar. Recuerdo que no dejaba de llorar y temblar desde que llegué hasta que me fui de la iglesia. Fue un momento muy sencillo privado y único pero lleno de cosas muy lindas.

A los 8 días fue la gran celebración; porque un amor verdadero había que celebrarlo por lo grande. Ese día estaba más tranquila, pero aun me invadían muchos nervios, estuvo mi madre acompañándome en todo momento y luego llegaron mis hermanas. Fue un día emotivo porque de alguna forma estaba despidiendo una vida y comenzando otra. El día no pudo ser mas precioso; el sol resplandecía más hermoso que nunca (durante toda la semana llovió mucho; incluso el miércoles antes la naturaleza había hecho estragos en la quebrada donde se había desbordado e ingresado al poblado dañando varios vehículos; lo cuento por que yo estuve ahí). Empezaron a llegar los invitados y escuché a alguien decir que el novio ya había llegado mientras me estaban tomando unas fotos y ahí se me bajó todo.