El matrimonio de Andrés y Carolina en Cali, Valle del Cauca

La crónica de nuestro matrimonio

Fue perfecto, tal como lo soñamos... En la mañana fuimos a recoger el ramo, a pagar la reserva del hotel para nuestra noche de bodas y a la una llegué a mí cita al salón de belleza con mi mamá y tres de mis mejores amigas, que son como las hermanas que nunca tuve.

Es una experiencia increíble compartir esos últimos momentos de nervios con las personas que tanto amas. Lo único que no me gustó fue mí peinado, el día que hicimos la prueba fue el peinado perfecto, pero ya en el gran día no fue ni parecido la señora, lo hizo de afán porque tenía a otra novia en espera. Sin embargo, yo no quería que nada me amargara el día, entonces respiré profundo y salí camino a la iglesia.

Allí todo era de ensueño, nos casamos en el santuario de Fátima. Y ahí estaba ella, tan hermosa y maternal. La celebración fue preciosa, la homilía perfecta. El padre, como es amigo nuestro, se preocupó porque todo fuera tal lo soñado. Y los músicos increíbles, nuestro hijo cantó nuestra canción en el momento de consagrar nuestra unión a la virgen, todos lloraban de emoción, en realidad fue un momento único.