El matrimonio de Camilo y Melissa en Montería, Córdoba
De noche Verano Dorado 2 profesionales
C&M
10 Dic, 2022La crónica de nuestro matrimonio
¡Hola!
Vengo a contarles cómo nos fue en nuestro matri. Lo primero que he de decir es que yo sí me dejé sorprender por la vida con todo lo que pasó ese día, y miento si les diría que me esperaba la magia y el torbellino de emociones que pasaron por mi mente y cuerpo. Y es que todo fue mágico, las expresiones de mis personas más cercanas, esos nerviecitos al tomar las fotos de la preparación, el apuro que nos entró para llegar a la iglesia (llegamos con 40 minutos de anticipación), la felicidad en los ojos de mis papás, de mi abuelo y de mis tías, cada detalle... ¡todo perfecto!El día inició cargadito de ocupaciones, llegué temprano a casa de mis papás con todos mis motetes (ya el vestido reposaba desde la semana anterior), llevé los zapatos, mi neceser, bata, pantuflas, la mochila del diario, en fin... Ahí desayuné con mi Fe, con mi papá y un primito que había llegado de Bogotá a acompañarnos. A las 11:30 a.m. salimos mi mamá, mi hermana y yo hacia el salón de belleza (Dollys MakeUp) donde nos maquillaron y peinaron, me hicieron sentir como toda una princesa. Hacia las 4 p.m. mi papá nos recogió para llevarnos a la casa donde me esperaba el fotógrafo (Luis Montes y su equipo) para tomar algunas capturas con la bata, la preparación y luego lista. Esas fotos fueron preciosas y con un aura muy angelical, yo empecé a sentir los nervios que iban en aumento conforme pasaba el tiempo. Luego fuimos camino a la iglesia con las flores del cortejo y la emoción a full. Eran las 5:20 p.m., aún no llegaban muchas personas (la misa fue a las 6 p.m.).
Seguir leyendo »Unos minutos después alcancé a ver a lo lejos a mi Cami que andaba más intranquilo porque sus mejores amigos (caballeros de honor) estaban retrasados. Yo no veía a mi prima que con mi hermanita era dama de honor y pues, también tuvo un retraso por culpa del zapato que se le dañó. A los minuticos todo fue retornando a su cauce, mi abuelito y mi tía monjita (nuestros padrinos) nos esperaban en el frente del cortejo, mi Cami me esperaba en el altar y yo sentí las mejillas calientes, conteniendo las lágrimas. Mi papá me miraba con dulzura y tranquilidad, acompañando y validando toda esta marea emocional. La misa no pudo ser más encantadora, el padre Eduardo con su buen humor nos habló castizamente e hizo sentir aún más seguros en nuestra decisión. Al salir de la iglesia nos esperaban nuestros invitados con su bengala encendida y pudimos tomarnos unas fotos muy bonitas. El salón de eventos nos esperaba con una decoración preciosa, digna del cuento de hadas en que estábamos inmersos. Diana y Jorge de Casa Baruc, Viviana y su grupo musical Status, y todo el equipo de DJ, bartender y meseros fueron magníficos. Nos hicieron sentir como reyes y le dieron el mejor trato y atención a nuestros invitados, incluso hasta después de la hora en que acababa la fiesta que era a las 2 a.m. Comimos, nos tomamos fotos hasta decir ¡ya no más! bailamos, me cambié para la hora loca para poder bajarme de los tacones, reímos de alegría, de los que se emborracharon, del efecto de los tragos en los cuerpos, de la unión, de los que llegaron ese día para volar nuevamente en la madrugada, agradecimos, nos disfrutamos tanto amor y compañía, sin duda atesoraremos cada instante de este día tan espectacular.
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