El matrimonio de Darwin y Kelly en Puerto Colombia, Atlántico

La crónica de nuestro matrimonio

Mi día inició desde muy temprano y desde ese momento en mi mente estaba el recuerdo de cada día en el que anhelaba que llegara apresuradamente ese día y, al estar viviéndolo me concentré en disfrutarlo, estar tranquila y esperar pacientemente.

Lo primero que mis damas de honor y yo hicimos fue peinarnos toda vez que quien nos peinaba debía hacerlo en la mañana porque tenía más novias en la tarde. Luego del peinado nos vinieron a recoger para llevarnos al lugar del evento el cual contaba con un hermoso cuarto para la novia para que se preparara. Allí iniciamos los preparativos del maquillaje, realmente fue un momento precioso, muchas risas y tranquilidad, todo fue maravilloso, nunca me desesperé o estuve nerviosa, en realidad disfruté con paz cada instante.

Cuando iniciamos el maquillaje llegaron los fotógrafos y el momento fue más alegre aun pues es que cada compartir con ellos conllevaba a cada vez más alegría. Luego cuando se acercaba la hora y me estaba colocando mi vestido sentí tanta felicidad de ver cómo un sueño de tanto tiempo se estaba cumpliendo y nada, estaba mejor que cada segundo al lado de mis amigas.