El matrimonio de Elkin José y María Fernanda en Montería, Córdoba

La crónica de nuestro matrimonio

Todo fue precioso para la gloria de Dios.

Decidimos disfrutarnos este día de principio a fin. Muy temprano ese día fuimos a la iglesia, alabamos a Dios, encomendamos este día en sus manos, saludamos a nuestros amigos y compartimos un pequeño brindis con ellos.

Luego fuimos cada uno a nuestro hotel a alistarnos. Escogí a una amiga para maquillarme y a una prima para peinarme, no quería producirme mucho, que todo fuese muy orgánico e intimo. Mi mamá estuvo conmigo y fue precioso, me dio consejos, nos reímos y nos tomaron algunas fotos. Media hora antes del matrimonio estaba ya lista, me había propuesto ser una novia puntual y hasta ese momento todo marchaba bien.

Mi esposo me escribió para decirme que la decoración estaba hermosa y los invitados ya estaban llegando, mi hermano nos recogió en el hotel y fuimos muy lento para darle tiempo a la familia de llegar.

La ceremonia fue lo más especial, todo fue armonioso y bello; definitivamente Dios estaba en el asunto, nuestras familias unidas para celebrarnos, que más podríamos pedirle a Dios. ¡Dijimos sí! en unos votos sinceros, honestos y consientes. Nos declararon ¡marido y mujer!La celebración empezó con los deseos y las felicitaciones más sinceras de nuestros allegados. Fotos aquí y allá, bailes aquí y allá y amor everywhere. ¡Qué felicidad!