El matrimonio de Enrique y Carolina en Montería, Córdoba

El día de mi boda me sentía vulnerable. Porque casarse es una de las decisiones más importantes de la vida, porque es la elección de la persona a la que vas a ver por el resto de vida, a la que tienes que atender, amar incondicionalmente, cuidar, en fin... entonces por un lado estás abriendo una nueva puerta en tu vida, pero por otro estás cerrando una puerta. Estas cerrando tu vida de soltería, tu lugar en la casa de tus padres, incluso la manera egoísta de vivir porque todos de alguna forma tenemos egoísmo dentro. Pero estas abriendo la mejor puerta de tu vida si escogiste al hombre que amas y que te ama. No sólo basta escoger a alguien que amas sino a alguien que también te ame, porque una relación es de dos y el amor implica entrega y si es solo una persona quien da amor tarde o temprano la relación se debilita y termina siendo amarga. Esto no quiere decir que siempre van a ser las dos personas dando igual, a veces se necesita que una de más que otra y luego al contrario y así sucesivamente pero la idea es que siempre puedan equilibrar y llenar el tanque del amor al 100%. Contrario a lo que se dice, el amor si existe, porque amar es una decisión y tú decides si la tomas o no, y la mejor forma de amar es que ambos tengan a Dios en su corazón porque solo entonces ese amor va a ser genuino y conforme a como lo expresa la biblia en 1 corintios 13.

Yo puedo decir con toda seguridad que casarme fue la mejor decisión de mi vida. Dios me regaló un hombre espectacular y nos complementamos mutuamente. Él es mi amigo, mi compañero de batallas, mi cómplice y mi amor eterno. El día de mi boda fue uno de los más felices en mi vida, pese a que estaba super asustada y casi no pude disfrutar de los detalles en mi boda sino en las fotos (porque como les decía, uno se siente en las nubes) confío plenamente en Dios de que este camino que decidí escoger va a ser de bendición y marca el inicio de una vida llena de muchos éxitos.