El matrimonio de Ernesto y Andrea Alejandra en Barranquilla, Atlántico
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11 Mar, 2023La crónica de nuestro matrimonio
Hola, no se por donde empezar esta loca historia del día de la boda.
Mi esposo y yo tenemos un hijo de 8 años y decidimos casarnos por lo civil el día 11 de marzo de 2022, mediante una ceremonia civil a las 11 am. Puesto que habíamos tomado juntos la decisión de casarnos antes de mudarnos juntos a nuestro apartamento propio, no habíamos tomado esta decisión antes porque nuestra relación estuvo a prueba de muchas cosas. Tuvimos muchas dificultades económicas y de salud a causa del Covid que contagió y enfermó muy fuerte a mi esposo, hasta llevarlo a la clínica por 15 días. Por lo que después de pasar por esto, dimos el siguiente paso con una ceremonia civil que fue planeada en menos de dos meses ya que nos dieron fecha de entrega del apartamento para el mismo día de nuestra aniversario.
Decidimos que la ceremonia civil fuese el mismo día horas antes de la entrega del apartamento. Esta ceremonia a pesar de haberla organizado con muy poco tiempo salió perfecta. La ceremonia por la iglesia católica fue otra historia, la cual decidimos hacer un año después es decir este año para tener más tiempo, calma y dinero. El apartamento nos dejó en número rojos y debíamos reponer fuerzas para organizar una ceremonia religiosa, teniendo presente que no haríamos una fiesta ya que nuestra prioridad era adecuar nuestro nuevo hogar y tener todas las cosas de nuestro al día para que disfrutara de su nueva casa. Así que aquí va nuestra loca historia: cabe resaltar que para nuestra celebración no teníamos dinero así que todo lo hicimos con mucho esfuerzo y como siempre nunca faltaron los regalos y las bendiciones.
Seguir leyendo »Al tener poco tiempo y organizar una ceremonia civil como tan improvisada, yo no tenía vestido de novia, por lo que la probabilidad de encontrar algo que me gustara y fuese lo que yo quería era baja. Como Dios es perfecto en sus planes y tiempos, por disidencias una amiga de una influencer, con su ayuda estaba regalando su vestido de novia. Hizo un concurso, nos pidió que contáramos nuestra historia en pareja y nos envió un cuestionario sobre datos curiosos de la influencer. Sin pensarlo y con mi hermana de alcahueta, envié todo y me gané el vestido. El vestido parecía mandado a hacer a mi medida, me quedó perfecto, por lo que quince días antes de la ceremonia civil tenía vestido y para la ceremonia por la iglesia que decidimos hacerla un año después. Usé el mismo vestido solo con una pequeña modificación. El velo y los zapatos fueron un regalo de mi papá, el velo fue un gran protagonista que complementaba perfecto mi vestido y para los zapatos decidí usar un tacón grueso para la comodidad los más altos posibles, ya que mi esposo mide 1.90m y yo 1.57m necesitaba si o sí crecer un par de centímetros más.
Para el maquillaje para la ceremonia civil, no contábamos con mucho dinero por lo que decidí maquillarme y peinarme yo misma. Para la ceremonia por la iglesia católica quería soltar esa preocupación y después de buscar algo que se ajustara a mi presupuesto, contraté a una chica emprendedora de la ciudad de Barranquilla que tiene su propia tienda de maquillaje y que seguía desde hacía mucho tiempo. Escogí con ella un paquete completo de peinado y maquillaje. Ella venia a mi casa a peinarme con otra chica que le iba a ayudar, pero la chica se enfermó, a lo que ella me avisa muy temprano el sábado en la mañana que la que iba a hacer el peinado no podía ir. Casi muero de un infarto, entonces corrí con mi mamá a una peluquería de un centro comercial cercano y me peinaron, el peinado fue un desastre, no fue nada de lo quería. No era la imagen de novia que tenía de mí entrando a la iglesia, lloraba de frustración, podía ser una bobada pero todas las novias quieren verse wow en su día y yo me sentía horrible. Llorando pagué el peinado y llegué a mi casa a lavarme el cabello.
La historia por si sola es nada fuera de lo normal o caprichosa, la cereza del pastel es que mi adorado esposo en días anteriores como por hablar al azar dijo, "amor el día del matrimonio va a llover" y yo "por Dios, no" y me dice "vas a ver que sí". Como vaticinado por él, fue el primer aguacero del año en la ciudad, y para completar la historia a causa de la fuerte lluvia se fue el fluido eléctrico. Salí del centro comercial llorando, mojándome con agua lluvia y al llegar a casa me encuentro con que no hay luz. Ya con mi pelo estropeado, me tocó meterme a bañar, quitarme todo lo que traía en el cabello y esperar a que la maquilladora llegara. Debo decir que esa mujer fue un ángel, no solo me maquilló sin luz, si no que esperó que se reestableciera el servicio y me ayudó a peinar y secar mi cabello, a vestir y a todo. Porque aunque era tarea de mi mamá, ella había quedado atrapada en el salón de belleza sin luz esperando que terminaran su peinado. Cabe resaltar que esa mujer sudaba de los nervios porque me vio llorando y me decía "tranquila, todo estará bien, quedarás linda" pero yo estaba preocupada. Sin luz como me peinaba, todo parecía caos. Finalmente cuando se reestableció el servicio, me cepillé el cabello y salí.
Como contábamos con muy poco presupuesto en realidad y con mucho orgullo lo digo, fue todo organizado por mi mamá, mi hermana y yo. Las flores las mandamos a hacer en el centro centro de la ciudad donde están los mayoristas de flores para que saliese todo más económico. Mi mamá pasó con mi esposo a recoger las flores, que por cierto no estaban listas. Decidimos que fuese sencillo todo porque en tiempo de cuaresma, no se colocan flores en el altar y aunque no es obligatorio para ceremonias matrimoniales. Escogimos arreglos solo para las bancas. Dichas flores después de ser recogidas, serían llevadas a la casa de mi mejor amiga quien las colocaría en la iglesia y estaría pendiente de entregar el botonier a los padrinos, novio y pajecito, que fue nuestro hijo. y a mi papá. Ella cumplió su tarea de mejor amiga y dama de honor a la perfección y fue un gran apoyo ese día. Tenemos un lindo recuerdo de ese día, pues cerramos el año con su matrimonio y yo fui quién le colocó el botonier a su papá también.
En la iglesia cantó un compañero de mi trabajo que pertenece a la pastoral juvenil y preparó con nosotros y el sacerdote los cantos de la eucaristía. Las fotos fueron tomadas por un amigo de la universidad que nos hizo un mega descuento y tuvimos una sesión de fotos familiares como pre boda y las fotos de la ceremonia religiosa. Para la ceremonia civil no tuvimos fotógrafo. Además en medio de tanto caos con lluvia y sin luz él fue quién me llevó a la iglesia.
Las invitaciones fueron digitales, las hizo mi hermana y el único requerimiento era "Regalo obligatorio, tu presencia". No pedimos regalos, ni lluvia de sobres ni nada, solo queríamos que nuestra familia y amigos estuviesen en nuestra ceremonia religiosa. La ceremonia religiosa era a las 4 de la tarde. Primer error, debí programarla a las 6, pero quién se iba a imaginar que mi esposo tendría voz profética y que Dios mandaría semejante aguacero. Ya con todas las cosas listas, teníamos un retraso con el tema de la luz porque en media ciudad no había servicio. Después de la lluvia y del caos vehicular, todos llegaron a tiempo a la capilla de la catedral. Pero como todo no puede ser perfecto, mi cuñada que acababa de tener bebé necesitaba ayuda con sus cosas y la bebé, y mi suegra decidió ayudarle y fue la última en llegar a la catedral. A mí aunque llegué tarde 15 minutos, me tocó esperar que llegara, se podrán imaginar la preocupación de todos pensando que mi suegra no llegaría o que no quería que nos casáramos.
Cuando por mi fin llegó mi esposo, estaba iracundo, muy molesto camino al altar con su mamá. Luego entraron los padrinos, y para esta tarea escogimos a un matrimonio de cada familia que representara la constancia, el respeto y el trabajo en equipo que hay en los matrimonios que fueron mi tío y su esposa y la tía de mi esposo y su esposo. Ellos fueron quienes hicieron la caminata al altar con nosotros, luego entraron mis damas de honor que eran mis dos primas hijas de uno de los matrimonios que escogimos como padrinos, mi hermana y mis mejores amigas. Después de ellas entraron la hija del mejor amigo de mi esposo y nuestro hijos quienes fueron nuestros pajecitos, de último obviamente, mi papá y yo.
Para la ceremonia mi esposo aún tenía molestia por la llegada tarde su mamá, y al sentarnos me daba la mano y le temblada. Pero ese momento antes de empezar como tal la Eucaristía, nos apretamos fuerte la mano y nos fuimos tranquilizando ambos de la adrenalina que sentíamos por el momento y el haber llegado tarde a la catedral. Ya en la ceremonia todo cambió, el sacerdote fue maravilloso, con su don de la palabra pudo que todos olvidáramos todo lo que había pasado antes y estuviésemos en disposición del momento y de la oración. Comenzamos la ceremonia y fue maravillosa.
Con anterioridad mi esposo y yo habíamos preparado con ayuda del sacerdote, las lecturas de la biblia de la ceremonia y ese día leyeron un tío de mi esposo y mi hermana, también fue muy emotivo el evangelio que el sacerdote escogió para ese día y su homilía. La forma en la que nos habló conociendo que llevábamos viviendo juntos 9 años y que ya tenemos un hijo, fueron palabras tan hermosas. Durante ese momento del discurso del sacerdote, los invitados pasaron de momentos de risa a momentos de llantos. Todos empezaron a llorar con mucho sentimiento.
Le pedí a mi esposo que escribiéramos nuestros votos y solo los íbamos a mostrar a mi hermana para que ella revisara que tuviesen acorde al momento. Entonces cuando llegó el momento de los votos, como les conté que no tuvimos luz en el apartamento, no pude colocar a cargar mi celular y allí tenía mis votos escritos. Como por suerte mi hermana ya los había leído, ella los tenía guardados en su teléfono. En el momento en que el sacerdote dice los votos y mi esposo empieza a leer sus votos, los invitados ya emocionados empezaron a llorar. Era increíble como todos sonreían y lloraban. Cuando yo leí los votos, me temblaba la voz, pero le dije a mi esposo lo orgullosa que estaba de él y de estar parada frente al altar con nuestra familia y amigos casándome con él. La ceremonia fue tan sublime que el sacerdote le pidió a todos los que estaban presentes que nos dieran la bendición al mismo tiempo que él lo hacía. Les debo contar que la personitas más emocionada durante toda la ceremonia fue nuestro hijo, nosotros somos una familia muy católica y mi hijo siempre se había preguntado porque sus papás no eran casados. Cuando le contamos que habíamos decidido casarnos no podía contener la emoción y contaba los días para la ceremonia.
Cuando me vio vestida su reacción fue tan auténtica, estaba muy feliz y durante la ceremonia cuando escuchó nuestros votos matrimoniales escuchó que él es la razón por la que nosotros estamos juntos (habíamos terminado días antes de enterarme que estaba embarazada). Solo comenzó a llorar y cuando terminó la ceremonia, corrió al altar a abrazarnos y decirnos que estaba muy emocionado y feliz. La caminata de salida de la iglesia no fue de los novios sino de la familia que se había consagrado en el altar, caminamos mi esposo, mi hijo y yo agarrados de la mano.
Salimos de la iglesia y nos tiraron pétalos de rosas. Como no haríamos recepción, lancé el ramo de la novia a la salida de la iglesia y nos tomamos las respectivas fotos. Decidimos ir a comer a un restaurante sin reserva, puesto que no estaba planeado y por la noche mi esposo había preparado una sorpresa en un hotel. Muy romántico para ser él, la pasamos muy bien y al día siguiente fuimos a recoger a nuestro hijo a casa de mis papás.
Colorín colorado, fue un matrimonio muy tropezado. Pero la lluvia son bendiciones y podemos decir que a pesar de todo, tuvimos una ceremonia hermosa y tenemos un matrimonio feliz perfectamente imperfecto.
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