El matrimonio de Héctor Mauricio y Karen Tatiana en Bogotá, Bogotá DC

Todo fue muy especial, rodeados del amor y del apoyo de nuestras familias y amigos. Estábamos tranquilos, sonrientes y disfrutando en armonía cada momento de la ceremonia. La capilla de la Hacienda Monteleón era hermosa y la decoración muy romántica, gracias a Mónica, una wedding planner excepcional, de MonteCarlo Eventos, que nos ayudó en tiempo récord a organizar nuestro matrimonio.

Después, a la salida de la ceremonia los invitados pudieron disfrutar de un tiempo de cóctel al aire libre y fuimos muy afortunados porque no estaba lloviendo, pese a que el pronóstico del tiempo decía otra cosa. Mientras los invitados nos esperaban tuvimos una sesión de fotos especial, gracias a Angelita, una fotógrafa espectacular de InkLogic que nos consintió durante el todo el día y que nos enseñó a posar para dejar plasmadas como obras de arte las fotografías de nuestro matrimonio.

Luego de este momento, hicimos nuestra entrada triunfal y nos gustó mucho que la recepción del evento fue en la misma hacienda. Entramos muy alegres al salón, escuchando de fondo Me Gané la Lotería, de SIAM, mientras veíamos que todos nuestros familiares y amigos sonreían y eran cómplices de la materialización de este gran sueño. La fiesta fue inolvidable, la comida espectacular y los juegos muy divertidos.

¡Fuimos muy felices y nos sentimos muy pero muy agradecidos con Dios y con todas las personas, familiares y mejores amigos que nos ayudaron porque lo logramos! Llegar a esto, desde que dijimos sí a casarnos no fue fácil. Afrontamos pruebas y pruebas, desde conseguir dinero para apartar el salón en julio, hasta tener quebrantos de salud por COVID, y ver que uno de nuestros familiares más amados estuvo en cuidados intensivos y en una situación delicada a tan solo 2 meses de casarnos. Casi, casi, aplazamos, pero la fe y el optimismo nos sostuvo, y en poco tiempo fuimos muy prácticos para definir cada preparativo y lograr la realización del evento.

Sin lugar a dudas, nuestro regalo más grande de matrimonio fue la vida y ver, y valorar la existencia de quienes amamos, de quienes estuvieron ahí y llegaron a conectarse en este gran momento de felicidad. El resto de detalles como nuestros vestidos, el peinado, el maquillaje de la novia, la luna de miel, la decoración y otros más que afanan a los novios, por supuesto que fueron importantes, pero sabíamos en el fondo de nuestros corazones que el fin más importante de este evento era la unión de dos almas, de dos cómplices, de dos compañeros de vida, de camino, ante Dios.

¡Somos felices! ¡Lo logramos! Sin en este momento alguna pareja que está planeando su matrimonio lo ve todo imposible o muy difícil, o con muchas piedras en el camino, les queremos decir que sí se puede, y que el amor es más grande que todo, tan así que les permitirá llegar a la meta. Importante: ¡No desistir en el camino!