El matrimonio de Jacob y Sonia Marcela en Santa Marta, Magdalena
En la playa Verano Azul 4 profesionales
J&S
22 Ene, 2021La crónica de nuestro matrimonio
Queridas Aminovias.
Soy Sonia Vargas de Barranquilla. Me casé con mi novio de toda mi vida con el que llevaba más de 10 años y con el que crecí y fuimos construyendo nuestro sueño de casarnos.
Yo creo que todas las que nos hemos casado, o las que se van a casar, en plena pandemia se nos hace imposible dejar los nervios o la incertidumbre a un lado. Y, bueno, no fui la excepción. Creo que me convencí de que me casaba en el mismo instante en que salí para la iglesia.
Me casé el 22 de enero de 2021 en la hermosa ciudad de Santa Marta; soy de Barranquilla, pero siempre quise casarme frente al mar. Y como católica que soy, solo una iglesia te permite ver el mar como si estuvieras frente a él y queda en esta ciudad.
A Santa Marta llegué un día antes con mi familia, para poder acomodarnos y organizar todo lo que íbamos a usar. Nos quedamos en el mismo lugar de la recepción, un complejo frente al mar donde disfruté la vista en mis momentos previos. También tuve la fortuna de tener una maravillosa WP que fue mi mano derecha y ya tenia todo casi listo.
Seguir leyendo »Sin embargo, los contratiempos no se quedaron atrás y mi última entrevista con el padre fue aplazada para el mismo día del matrimonio a las 8:00 de la mañana, esto debido a que mi novio se retrasó en la llegada a Santa marta y, por protestas en el camino, no pudo llegar a la hora programada.
Sin embargo, gracias a Dios, llegó a las 5:00 pm a reunirse con nosotros, pero para mí no fue posible dormir tranquila sabiendo que aún me faltaba reunirme con el padre. Esa noche literalmente no dormí, presenté pesadillas, soñaba que había un huracán, que no llegaba a la reunión con el padre, que decretaban cierre de iglesias... Creo que me levanté hinchada por no dormir bien. Sin embargo, a medida que seguía el día, todos los nervios iban desapareciendo.
Inicie mi día con un café viendo el mar y disfrutando mi familia, mis sobrinos... Después nos fuimos a la cita con el padre en la iglesia. Una vez allá, fue como descargar todo. El padre nos dio una charla, escogimos las lecturas, nos confesó y fue como si me cambiaran la mente. Descansé justo cuando salí de esa iglesia. Volví a sonreír, ya descargué mis miedos, desayuné tranquila y fui a esperar a mi maquilladora.
Creo que es importante todas las personas que pasan por ti el día de tu matrimonio, el sacerdote u oficiante, la WP, tu diseñadora, tu estilista, tu maquilladora, tu fotógrafo, etc. Todos te van dejando energía para ese día y tuve la fortuna de contar con un maravilloso equipo que me apoyó, me sacó sonrisas y me permitió disfrutar este día.
Mi maquillaje fue espectacular. Mi maquilladora se llama Paola Bonilla, una profesional y excelente persona. No hice prueba de maquillaje y no corregimos nada de ese momento. Mi peinadora trabaja con ella, tampoco hice prueba previa y me encantó el resultado.
A las 2:00 pm llegó el equipo de fotógrafos y videofilm. Me ayudaron mucho, sobre todo en saber qué fotos hacer y cómo posar. Esto es algo que no había pensado y sí es importante. Me relajé y disfruté la sesión. Tuve sesión con bata antes de cambiarme y después con el vestido.
Al momento de cambiarme, de lo corriendo que todos estábamos, me ayudó mi estilista. Del susto no veíamos la peineta para el velo. Gracias a Dios la encontramos pero pensábamos en cómo ponerlo sin peineta. Y cuando me miré al espejo, fue perfecto, lo tenia todo para ser feliz.
¡Como siempre lo soñé!
Sali un poco retrasada, ya que el lugar donde estaba quedaba como a 30 minutos de la capilla, así que tuve un retraso de 10 minutos. Sin embargo, gracias a Dios y al padre que se portó muy bien, no hubo inconvenientes.
Yo estaba muy emocionada por mi recepción, pero sobre todo por la ceremonia religiosa, así que me tomé el trabajo de yo misma escoger todas las canciones que se tocarían durante la misma.
El coro de la iglesia cantaba la canción "Hasta mi Final" y ahí estaba yo con mi padre, lista para entrar. No podía ni sonreír de lo emocionada que estaba, era como si todo se detuviera. Mi familia me dice que yo temblaba por completo, pero no me sentía mal, era como si estuviera viviendo lo que tanto esperaba.
Entré con mis pajecitos hermosos. Uno entró llorando (¡ja, ja, ja!) porque se había quedado dormido en el trayecto. Todo estaba hermoso: la iglesia, la música, mi futuro esposo y mi familia.
Por la situación actual tuve 20 invitados en total, todos pudieron acompañarme a la iglesia. El resto de mi familia y amigos me vieron por Facebook Live. Esto no fue impedimento para ser feliz ese día. A la salida nos dimos cuenta de que olvidamos los burbujeros que iban usar los niños para la foto de la salida, y se nos olvidó encender las chispitas mariposas. Pero bueno, son cosas realmente superficiales ante la posibilidad de por fin casarte después de aplazarlo por casi dos años.
La recepción fue a la orilla de la playa. Todos los invitados se quitaron los zapatos para disfrutar de la arena. Antes de llegar a la ceremonia fuimos a una sesión de fotos en la playa.
Mi baile de novios fue con la canción "Como Enamoraban Antes" de Fonseca. Es una canción que describe mucho mi noviazgo, me disfruté cada momento de ese baile. El brindis estuvo a cargo de mi madre, la cual fue una bendición que estuviera conmigo. Mi mamá se enfermo en noviembre de 2020 y pasó más de un mes en hospital, por eso era tan importante para mí verla también y expresando sus palabras. Después disfrutamos la cena, la orquesta y con todas las medidas de seguridad todos bailaron desde las mesas.
Y como dice la canción de nuestro baile de novios "Queremos que esto sea eterno", y este es el propósito que nos quedó de este gran día: no olvidarlo, enamorarnos cada día y seguir uniendo nuestros sueños para siempre.
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