El matrimonio de Jhon y Yurainis en Barranquilla, Atlántico

La crónica de nuestro matrimonio

El día más esperado llegó y mi esposo tan querido, me dijo que no me preocupara por nada que me relajara y me pusiera más linda de lo que soy, que disfrutara mi día, que él por su parte iba a hacer lo imposible para que todo quedara perfecto. Así que mi mamá, mi madrina, mis pajecitos, mi suegra y yo nos dedicamos a consentirnos todo el día. Mi esposo se encargó de solucionar los pequeños detalles que faltaban.

Mi mamá me ayudó a colocar mi vestido (mi vestido soñado) y cada accesorio que me colocaba era una lágrima que salía de mí, pero no eran lágrimas de tristeza, no, eran lágrimas de felicidad porque lo que muchas veces le pedí llorando al universo que me concediera que era un hombre que me amaré pese a todo y que estuviera dispuesto a pasar su vida conmigo, ese día, ese anhelo se está cumpliendo y por eso eran mis lágrimas.

Ha y un súper chisme, yo quería que el carro de los novios fue un carro antiguo porque me parecen hermosos, pero mi esposo me dijo que no se podía porque el proveedor que da ese servicio para ese día y hora no tenía carros antiguos disponibles, así que yo le dije no importa, que buscara cualquier carro. Pero la gran sorpresa que me llevó cuando llega el carro a buscarme a la casa de mi mamá y veo que es un carro antiguo divino; parecía de otro planeta, no cabía de felicidad y del amor por él.