El matrimonio de José Carlos y Hilda en Cúcuta, Norte de Santander
Vintage Primavera Azul
J&H
13 Dic, 2017La crónica de nuestro matrimonio
Quiero poder plasmar en estas letras lo emocionante que fue mi Gran Día. Tenía mucho tiempo planeando cada detalle, cada instante de ese 13 de diciembre por ser tan significativo para mí. Nos casamos un miércoles 13 porque ese día mi primer hijo murió y él permitió que yo viviera para contarla. Pues ese día tenía más que un significado de un “Sí, acepto”. Ese día por lo tanto es mágico y como todo lo mágico es posible pues más perfecto no pudo salir.
Tuvimos uno que otro contratiempo con el chico que nos alquiló la silletería y se encargaría de ayudarnos con la decoración, también los señores del hielo llegaron dos horas después de lo planeado, pero como eso los invitados no lo sabían, pues nadie lo notó.
Teníamos muchísimos nervios, el notario que nos casó se encargó de calmarnos haciendo chistes y diciendo las palabras justas en el momento indicado. Elegimos como testigos a dos personas muy importantes para nosotros: mi hermano porque es con quien mejor me la llevo, y además porque nunca me juzgó en mis momentos en que metía la pata, y mi madrina fue una mujer muy especial, algo así como alguien que sella pactos de amor de esos que perduran. Ella participó hace 45 años en el rapto que mi padre hizo con algunos de sus amigos y allegados para poderse robar a mi mamá y casarse con ella. El solo hecho de que ella viajara desde Quibdó para ese día fue mi mejor regalo.
Seguir leyendo »Teníamos planeada la recepción para 145 personas, faltaron algunas, pero pienso que asistieron las que debían asistir. La música, la comida, los meseros, la decoración, el ambiente… todo estaba perfecto, la energía que ahí se sentía fue indescriptible, la orquesta se encargó de llevar los tiempos indicados para que cada parte de nuestra boda fuera como lo soñamos.
Preparé junto con mis primas un baile sorpresa para el novio y fuimos la sensación, lo disfrutamos mucho y con esa presentación inicio el baile. Cuando lo saqué a la pista estaba temblando y sentí la emoción recorrer cada poro de mi piel. Es divertido hacer cosas que las otras personas no se esperan y que a pesar de la edad de nuestros cuerpos mantener vivo a nuestros niños internos para hacer travesuras. Las flores gigantes del set de fotos las hice hace como cuatro meses, los sombreros y corbatas que usamos en la hora loca también, cada detalle quería que llevara algo de mí y se logró. Fue mi boda soñada y volvería a pasar por cada corre corre, por planear cada detalle para darle el sí a mi esposo.
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