El matrimonio de Jose y Vilma en Barranquilla, Atlántico
De noche Primavera Beige 3 profesionales
El 22/04/2017 650 1 5
J&V
22 Abr, 2017
La crónica de nuestro matrimonio
Dadas las 4 am me desperté para reacomodarme en mi cama como de costumbre, de repente, recordé que había llegado el gran día, el día para el cual nos preparamos durante 14 meses, sin embargo, en ese momento no dejé entrar el nerviosismo y caí profunda nuevamente. Pasadas las 8 am me dije que ya era suficiente de sueño embellecedor, así que me pellizqué, di unas cuantas vueltas de pereza y me levanté. En mi casa tenía familiares fuera de la ciudad, pero estaban muy tranquilos y contentos, así que tampoco dejé entrar al nerviosismo por un buen rato.
Cerca de las 10 am salí con mi hermana menor, la única que tengo, y mi dama de honor al hotel donde pasaríamos el día junto a mis otras damas. Al llegar a la recepción me enteré que no era la única novia preparándose ahí, ¡éramos 4! Me gusta mucho el protagonismo, pero ya estaba entrando la emoción así que simplemente subí a la habitación pensando que este 22 de abril sí que era especial. Me encanta la atención de los hoteles, así que este día no era la excepción, por lo que pedí room service con un desayuno recargado: frutas, huevos, pan con mermelada y mantequilla, jugo de naranja, chocolate caliente… Después del banquete me acosté en la cama king y preparé mi rostro con una fría mascarilla de frutos y yogurt que tenía más de 24 horas de estar en la nevera, así que el sueño que me entraba se espantó. Al mediodía llegó el resto de la tripulación y ahí sí que no pude hacer nada: durante las siguientes 6 horas los nervios subieron y bajaron cual montaña rusa. Tener a mis amigas durante la tarde hizo que en las bajadas de adrenalina me sintiera calmada y aun así feliz. ¡Eso de que te peinen y maquillen como modelo profesional me encantó! Especialmente porque llevaron lámparas profesionales. ¡Pobres, casi no dejamos que se las llevaran, son perfectas para selfies! Durante todo el proceso tuvimos a los fotógrafos capturando cada instante, y aprovechamos las instalaciones para una sesión pre wedding.
Seguir leyendo »Se dieron las 6pm, ya era el momento de bajarme del carro, pero mi planner me dice que el padre no había llegado. Bueno, mientras el novio sí estuviera esperándome, no importa. La ceremonia religiosa fue muy emotiva, el novio lloró más que la novia. El sermón fue tan especial, el padre nos conocía hace mucho tiempo. Un padre muy a la vanguardia, joven, con tatuajes y hasta bailarín, pero sobre todo muy asertivo. Nos despidieron con muchos aplausos y burbujas, no utilizamos globos de helio por aquello del medio ambiente.
8 pm ¡hora de fiesta! Bueno, primero de formalidades, fotos, obviamente comida, porque ya era hora, y después sí: nuestro primer baile para aperturar la pista. Escogimos un bolero y, como todo en nuestra boda, algo un poco fuera de lo tradicional, pero mágico. La fiesta, hoy semanas después es lo que aún se comenta en nuestra familia y amigos, pero esto se debe a que la inversión se centró en lo prioritario de un evento: comida, licor y música. De las mil canciones bailamos al menos 999, al son de una de las mejores orquestas de la ciudad, y no por lo costoso sino por lo talentoso. Un DJ y grupo de millo para la hora loca, al compás de nuestra cumbia, puya, mapalé, porro y muchos ritmos de nuestra tierra. Pasamos el agite con cervezas Corona y whiskey Buchanans, postres y picadas típicas. El salón era hasta las 3am y nos fuimos a las 4am siendo los últimos en salir.
Lo que pasó después es reserva del sumario, pero puedo decirles que fue el mejor día de nuestras vidas. Estoy segura que mi madre, en paz descanse, celebró e intercedió en el cielo para que este día se llevara a cabo con lo único importante: casarme con el hombre de mis sueños.
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