El matrimonio de Juan y Bella en Bogotá, Bogotá DC
Rústicos Otoño Blanco 4 profesionales
J&B
15 May, 2021La crónica de nuestro matrimonio
Por esos días se respiraba mucha tensión en la ciudad y nos enfrentábamos al riesgo de tener restricciones para celebrar nuestro gran día. De modo que unos días antes tomamos la decisión de adelantar todo nuestro itinerario unas 4 horas y como consecuencia, ese día comenzó muy temprano.
Nos despertamos a las 3:30 am. Yo sentía un vacío en el estómago, había dormido solo una hora. Llevábamos dos semanas corriendo acumulando estrés y cansancio, así que el agotamiento físico era inevitable. Sin embargo, todo había sido por este día, de modo que debíamos imprimir toda la energía en ese momento.
A las 6 am estaba saliendo con mi mami, mi hermana y su familia para la hacienda, donde a las 7 ya me estaban esperando para arreglarme.
La mañana transcurrió muy rápido, cuando menos pensé podía ver a través de la ventana del cuarto a Juanda afuera, corriendo de un lado al otro. Habíamos tomado la decisión de hacer todo nosotros mismos, y aunque teníamos apoyo logístico de una persona de confianza, ese día él se puso al frente de todo. Luego me diría que en realidad no tuvo ni tiempo de sentirse nervioso.
Seguir leyendo »Por mi lado la situación era diferente, con cada minuto que pasaba me iba sintiendo más nerviosa. Aunque en mi trabajo estoy acostumbrada a ver las novias en esos momentos previos, nunca me hubiera podido imaginar qué se sentía estar en ese lugar.
Donde estaba no me veían, pero yo si veía como iban llegando todos, nuestros amigos y familia cumplieron la cita, estaban ahí tan lindos, que me provocaba gritarles desde la ventana lo feliz que me sentía cada vez que veía a alguien más llegar.
La lluvia es algo en lo que había pensado meses antes y era mi más grande preocupación, hasta que empezaron las restricciones y cuarentenas en la ciudad y nuestro gran día se vio amenazado. Entonces le pedí a Dios que nos permitiera llevar a cabo todo ese día, sin importar el clima que hiciera... y justo media hora antes de salir, empezó a llover. Fue una lluvia fuerte, pero no duró más de 5 minutos, inmediatamente después se despejó el cielo y salió el sol, como si la vida nos dijera que todo había valido la pena, y que nada iba a impedir que cumpliéramos nuestro sueño ese día.
El momento llegó, eran las 12:10 y ya estaba atrasada, entre la emoción de que mi papi me viera por primera vez, el hecho de que casi salgo sin mi ramo, que cuando tomé el ramo no le habíamos cortado los tallos y que debíamos organizarnos en el caminito que llevaba a la ceremonia... En un pestañeo empezó a sonar la canción de nuestra entrada, ya no había vuelta atrás, las piernas me temblaban y el corazón se me iba a salir.
Sin duda mi momento favorito fue tener ese remolino de emociones, yendo de la mano de mi papá y mi mamá, en el escenario más lindo del mundo y ver la cara de emoción de Juanda, en ese momento vi brillar sus ojos como nunca.
Nuestra ceremonia fue muy especial, y simbólica, ya los nervios habían pasado, y solo sentíamos felicidad y gratitud por estar ahí con todas las personas que amábamos y sellando ese pacto de compromiso y amor entre nosotros dos.
Luego de eso todo fue perfecto, al finalizar nuestra sesión de fotos fuimos a compartir con nuestros invitados, y disfrutar de su compañía.
Nuestro gran día fue todo lo que esperábamos y más... Tenemos los mejores recuerdos gracias a Juli, una gran amiga y colega que se encargó de captar estos momentos tan maravillosos.
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