El matrimonio de Julián y Juliana en Pereira, Risaralda

De allí salimos para la finca donde se hizo la recepción y allí nos estaban esperando nuestros familiares y amigos. Nos recibieron con cocteles y pasabocas, tomamos las fotos de rigor de los grupos, los padres, hermanos, amigos, todos muy felices. Mientras tanto llegó la mesa de dulces, en la cual todos fueron partícipes y no dejaron nada. Después de un rato y algunos tragos, vinieron las palabras mías hacia los invitados y mi esposa. También mi suegro, mi papá y mi cuñado hicieron el brindis. Llegó la hora de la cena y todos la disfrutaron con el acompañamiento de unas agradables canciones interpretadas por el saxofonista. Posteriormente llegó la torta y después otra gran momento emotivo: el baile de los novios, al son de "Volví a nacer" de Carlos Vives. Nos acompañaron en el baile unas fuentes de juegos pirotécnicos que adornaron con gran belleza los alrededores de la piscina.

Así empezó la fiesta, y empezaba a subir el ambiente con la música crossover del DJ y algunos tragos que iban y venían. Alrededor de las 10pm, llegó el momento de rifar el ramo. Todas las solteras salieron a luchar por ese preciado trofeo y para sorpresa de todos, se lo ganó mi tía Adriana ¡fue un momento muy divertido! Un rato más tarde, a eso de las 11pm, llegó nuestra gran sorpresa para los invitados: un espectáculo de juegos pirotécnicos de 10 minutos el cual nos emocionó a todos y el cual fue la apertura de la hora loca, cuya temática fue el Carnaval de Barranquilla, pitos, gorros, máscaras, antifaces, bombas, gafas, pulseras de neón y serpentinas fueron los acompañantes de este grandioso momento que fue la cima de la noche. Siguieron los tragos y la fiesta hasta las tres de la mañana, pero era tal el ambiente de diversión, que se le pagaron dos horas más al DJ y la rumba se acabó a las 5 de la madrugada.

Nuestros familiares y amigos más íntimos nos acompañaron en la finca el día siguiente y para pasar el guayabo, invitamos a un delicioso sancocho de pollo y espianos, el cual fue la sensación. Estuvimos en la piscina pasando una agradable tarde de relax y recordando todos esos bellos momentos que vivimos el día anterior.

Nuestro matrimonio fue algo extraordinario, lleno de pequeños detalles que hicieron de este día algo inolvidable.