El matrimonio de Kike y Naty en Montenegro, Quindío
Rústicos Verano Beige
K&N
16 Feb, 2019La crónica de nuestro matrimonio
Fue el día más maravilloso de nuestras vidas, ¡todo un cuento de hadas! Nosotros vivimos en Medellín y viajamos hacia el Quindío el viernes 15, salimos muy temprano y fue un viaje bastante largo; llevábamos la torta y el ramo y nos preocupaba que el calor los arruinara, pero todo llegó perfecto. Cuando llegamos a la finca donde se celebraría la boda ya me esperaba una sorpresa y era que había dos invitadas más a nuestra boda, unas amigas muy queridas de la familia que me conocen desde que era una niña, fue un hermoso reencuentro.
Llegamos a la finca y todos nos abrazamos, ya habían llegado todos mis invitados y debíamos ir hacia la otra finca, donde se quedarían todos los invitados de mi esposo, pero antes yo quería entregarle, al que en ese momento era mi prometido, el regalo de bodas que le tenía, ¡era una sorpresa! Así que yo le dije: "Vida, antes de ir a la finca de tu familia, vamos a dar una vueltica por esta finca”. Y él, mientras tanto, me decía: "No amor, ya está tarde, ¿porque nos metemos por aquí? ¡Esto está muy oscuro!”. Entonces llegamos al lugar donde yo quería entregarle su sorpresa y le dije: "Amor, es que con tantas cosas que tuvimos que hacer, se nos olvidó algo muy importante, se nos olvidaron dos invitados”. Fue ahí cuando saque una cajita que tenía un relicario donde estaban las fotos de su papá y su mamá, ambos fallecieron hace muchos años, pero yo no quería que el pasará ese día sin la compañía de sus padres. ¡Obviamente lloramos y nos abrazamos!
Seguir leyendo »Después de eso nos fuimos para la finca donde se hospedería su familia, saludamos y abrazamos a todos y ya me despedí y me fui para mi finca sola, esa noche no dormiríamos juntos, para que todo fuera más especial. Cuando llegué a mi finca, mis hermanas y mi mejor amiga me tenían preparada mi despedida de soltera. Fue algo pequeño, ¡pero nos reímos muchísimo!
Al fin llegó el sábado, a las 7 de la mañana ya estaba levantada, muy calmada, desayunamos todos en familia y empecé a arreglarme, mi maquillaje y mi peinado me lo hicieron mi mamá y mi hermana, queríamos algo sencillo y hermoso. Según el cronograma yo debía estar lista a las 10:30 de la mañana y ¡así fue! Mi novio llegó a mi finca a las 9:00 de la mañana y también empezó a arreglarse, en otra habitación. Una vez listos sólo debíamos esperar con paciencia a que llegará la notaria, ¡fue ahí donde empezaron los nervios! Mi vestido me quedaba super apretado, porque me engordé un poco, entonces eso me impedía respirar tan bien como los nervios lo exigen, mi novio estaba solito (porque su mejor amigo, que sería su compañía ese día, decidió no ir). Siempre tuvimos contacto por WhatsApp y me decía que no se sentía bien, así que mi hermana y mi mamá se encargaron de hacerle compañía.
Pronto llegó la hora, aunque la notaria se demoró por problemas en la carretera. Nosotros dos nos encontramos antes, solitos y románticos (excepto nuestros familiares que estaban filmando y tomando fotos). Después de eso, tomados de la mano, entramos a la sala donde estaban todos esperándolos. Mientras tanto, como banda sonora sonaba la canción que habíamos elegido de fondo, a cargo de un saxo y un piano, fue hermoso, todos nos esperaban con hermosas sonrisas, mi papá estaba usando un corbatín del mismo color de mi vestido y estaba muy conmovido.
Todo ocurrió rápido, ¡la notaria fue muy especial porque procuró hacerlo de la manera más romántica! Después de ser marido y mujer pasamos a hacer el brindis, ojalá pudiera mostrarles en vídeo todo lo que ocurrió, porque pasaron muchas cosas, ¡muy hermosas y casi indescriptibles! Mi esposo y yo nos leímos nuestros votos, fueron muy divertidos y hermosos. Un amigo de la familia, nos escribió un cuento hermoso y nos entregó como regalo unas llaves antiguas amarradas la una a la otra a un cascabel (representación del cuento) ¡Mi hermana menor dio un discurso pequeño y lindo y listo! Todos a comer. Dimos rodizio, todos super contentos porque pudieron comer y repetir lo que querían, además estaba delicioso, perfecto y la atención de los meseros... ¡ni se diga!
Después del almuerzo la familia de mi esposo nos llevó como regalo un trío, disfrutamos todos en familia algunas canciones. Por último y como sorpresa, pasamos todos a un lugar muy abierto en la finca y lanzamos globos pidiendo buenos deseos para nuestra vida juntos. Les cuento que a mí me dolía la cara de sonreír, no paramos de hacerlo, todo fue perfecto, hermoso, romántico, muchas lágrimas, ¡pero todas de felicidad! Disfruté cada segundo, me fijé en todos los detalles, ¡amamos todo! No tengo más que palabras de agradecimiento para las personas que me ayudaron en mi vida, con nuestros vestidos, el yugo, la torta.... ¡A mi hermosa familia que se encargó de absolutamente todo! La perfección y el amor fueron parte de nuestra romántica boda.
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