El matrimonio de Mauricio y Lizeth en Cartagena, Bolívar

Para las damitas que se piensen casar en la playa la recomendación que les puedo hacer es que en primera disfruten cada detalle que Dios les entrega, la majestuosidad del mar, el sol resplandeciendo al final del día y reflejándose en el agua, pero sobre todo el ventarrón que hace.

No sé si fue por la temporada o la hora en la que me casé pero el viento simplemente te despeina por completo, no volaron las sillas, ni la hupa por que Dios nos ama demasiado, pero si hay algo que les puedo aconsejar es que hagan su prueba de peinado usando demasiado fijador o si les es posible un tocado que prácticamente les cubra el cabello y luego se paren por media hora por lo menos frente alguna fuente de viento fuerte, algún ventilador a su nivel máximo o algo similar.

Yo no tuve quien me recomendara y resolví ir con el cabello prácticamente suelto, solo tenía un tocado estilo diadema y un poco de recogido como media cola para ubicar el velo, el cual resolví llevar de última hora. Notarán en las imágenes que prácticamente mantuve despeinada, pero este tipo de cosas son pasajeras y por supuesto no quite la sonrisa de mi rostro en ningún momento y menos por ese tipo de detalles.

Mi fotógrafo lo ubique por esta página y son de lo mejor, por lo menos yo quedé muy satisfecha con su trabajo. Aún no recibo las imágenes ya retocadas, pero adjunto las que me enviaron para seleccionar las que más nos gustaran.

Los accesorios me los realizó una diseñadora maravillosa que los trabaja de acuerdo al gusto de la novia, en mi caso fue muy al estilo marino.

Nuestra boda fue Judío-Cristiana pertenecemos a la acogedora familia de la cruzada estudiantil y profesional de Colombia, la cual va en proceso de ser un enorme pueblo, por tal motivo nuestro líder territorial en la ciudad de Cartagena fue quien dirigió la hermosa ceremonia.