El matrimonio de Mark y Sara en Cúcuta, Norte de Santander

Todo el cortejo nupcial se hospedó en un hotel cercano a la recepción y alquilamos una limosina para llevarnos a la ceremonia y que nos recogió al finalizar la fiesta. La animación estuvo a cargo de un DJ y un maestro de ceremonias bilingüe español/inglés, creamos una play list para la hora de coctel con canciones relacionadas con bodas que se alternaban entre música colombiana y estadounidense, así como bailamos la hora loca.

La acomodación de los invitados mantuvo la temática de viajes y ellos se encontraban con un lobby al entrar al salón de banquetes, en donde buscaron su mesa en una pantalla de televisor, como cuando estás en sala de espera de un aeropuerto. Las mesas no tenían números, sino ciudades de Colombia y de EE.UU. relacionadas con los novios.

Los recordatorios fueron unas mini maletas llenas con dulces de café y chocolates M&M's personalizados con las imágenes de los novios. Cuando la corte nupcial hizo su entrada a la recepción, los invitados alzaron mini banderas colombianas y estadounidenses, bailamos nuestra canción favorita llamada Love y por su puesto el vals no podía faltar. El ponqué tenia su toque colombiano de sabor a Guayaba y fue todo un hit con los invitados del extranjero. Fue un dia magico, asi lo describimos con mi esposo, nuestras familias y amigos disfrutaron del amor y del intercambio de culturas.