El matrimonio de Moisés y Wendy en Turbaco, Bolívar

La crónica de nuestro matrimonio

Siempre he soñado con tener una familia feliz. Mis papás se separaron cuando aún era chica; aun así, mi sueño no moría. Hace algunos años, mi madre falleció, y con ella se fue ese sueño, o eso creía yo. Poco tiempo después, conocí a mi esposo; fue la muestra de amor más bonita de Dios para mí.

Desde el principio del día, los nervios intentaron acecharme, pero me calmaba y disfrutaba al máximo mi gran día. Porque claro, los nervios siempre van a estar, pero no podemos permitir que nos roben nuestro día. Algo que me ayudó mucho fueron mis damas de honor; siempre estuvieron atentas a que estuviese cómoda y que todo marchase bien afuera, junto con la organizadora.

Confieso que existió mucho miedo y ansiedad. Después de 4 años de estar juntos, ese sueño se vio materializado un 16 de octubre en una finca con el atardecer más hermoso, con un vestido blanco igual a los que admiraba desde pequeña jeje. Mi canción favorita sonando en la marcha nupcial; obviamente, hubo un espacio dedicado a mi madre y también al padre de mi novio, que también había fallecido. La comida deliciosa, las flores que siempre había querido, el color verde combinaba perfecto con la naturaleza. Entregamos unas plantas de recordatorio; queríamos que fuese algo que las personas pudiesen conservar, regar y no dejar morir, al igual que sus sueños. Fue algo demasiado íntimo con nuestras familias y amigos cercanos; sin duda, un momento mágico.