El matrimonio de Natalia y William en Piedecuesta, Santander

La crónica de nuestro matrimonio

Sábado 10 de noviembre de 2018, por fin llegó el día. Los nervios normales aparecieron, pero ya con la felicidad que el día había llegado. Al llegar la mujer que sería mi esposa todo era estrés, toda ansiedad se acabó. Sabía que nuestro momento había llegado y que teníamos la bendición de Dios. En esa hermosa capilla dimos el sí para toda la vida. Todo salió de maravilla, los invitados llegaron a la ceremonia, un hermoso canto de mi esposa en medio de la ceremonia aguo el ojo de más de uno y allí me incluyo. Mi corazón latió más rápido y mis lágrimas salieron de escuchar esa melodiosa voz cantándome "Aleluya"; la salida fue espectacular, los invitados con su calle de honor y los abrazos y besos de felicitación llovieron por montón.

La recepción fue espectacular, la decoración fue maravillosa, realmente era lo que imaginamos y lo que habíamos planeado por 1 año; la comida estaba espectacular, todos a gusto con la fiesta y la celebración de nuestra boda. Las fotos salieron perfectas, la música también perfecta, parranda hasta el amanecer y un sin fin de risas y euforia que nos llenaron de felicidad al saber que ese hermoso día salió mejor de lo que lo planeamos. Ahora tengo a mi lado a una maravillosa mujer como esposa y este día quedará para siempre en nuestras memorias, ya que fue el día más feliz de nuestras vidas...