El matrimonio de Paola y Héctor en Bogotá, Bogotá DC

El momento de ponerse el vestido es inigualable: es allí cuando uno se convierte en novia, en princesa. Seré siempre feliz de recordar mi hermoso vestido que se elevaba al dar vueltas, así como cuando era niña.

Luego llegó el momento de la ansiedad: iba a ver a mi Pato vestido al estilo James Bond por fin y sería su esposa en contados minutos. En ese momento si me puse ansiosa, más bien estresante. Uno se siente como en una nebulosa: no oyes nada, no ves nada aparte del hombre al frente de ti. Ese momento de entrar con el canon de Pachelbel de fondo viendo a los ojos a mi hombre divino con su gran sonrisa es inigualable, tal vez el más especial de ese día. Fue una ceremonia muy especial, entre amigos, con un padre muy buena onda. Luego salimos y en vez de arroz nos lanzaron hojitas de Olivo, un excelente detalle de Cris.

Sobre la decoración solo les cuento que quede sin palabras, el Pato y yo lloramos al ver el salón tan lindo que construyó Cris y su equipo. Como a Héctor le gustan los superhéroes, Batman en especial, Cris hizo muchas cositas alusivas a él, lo cual lo hizo feliz. Me encanta verlo sonreír y ese día lo hizo muchas veces. Nuestro Dj, Marco, se disfrazó de Guason y todo y que buena selección de música... ¡maravilloso!

Solo debo decirles a todas que casarse es mágico y es maravilloso, más cuando lo haces con el amor de tu vida. Yo, con todo el peso de la experiencia (para las que me leían en el Blog), debo decir que Dios y la Virgen tienen nuestros tiempos perfectos y saben cómo y cuándo vamos a cumplir nuestros sueños. Todo lo que dolió, las lágrimas, el pasado quedan atrás y valieron la pena solo por esperar a este hombre maravilloso que ahora está a mi lado.