El matrimonio de Pedro y Daniela en Salento, Quindío

La crónica de nuestro matrimonio

Un día bastante interesante. Ni el novio ni la novia se podían ver las caras. La expectativa de saber cómo saldría todo estaba a flor de piel. Todos estábamos corriendo para tener todo listo a las 4 de la tarde, hora de la boda. El carro, las flores, el clima, los fotógrafos, en fin... Todo tenía su momento y su estrés, pero afortunadamente todo salió bien.

La ceremonia comenzó a tiempo, los fotógrafos muy bien presentados estaban listos para disparar sus cámaras y capturar ese momento tan especial en nuestras vidas. Llega un carro rojo espectacular con la novia paralizando la plaza principal. Entra el pajecito con un letrero indicando que ya llegaba el amor de mi vida. El padre estuvo espectacular. Dejó un mensaje muy lindo y claro, además de tomarse la misa muy en serio y demorarse media hora de más. El día estaba lluvioso, pero para cada uno de los momentos en los que teníamos que estar al aire libre el cielo se despejaba, y al estar bajo techo volvía y llovía. Todo salía bien hasta el momento. La caravana fue bastante larga hacia la recepción. Al llegar, estaba todo preparado para recibir a los invitados. La torta estuvo espectacular, el DJ también. La comida, ni hablar, deliciosísima. El ambiente fue de lujo. De primera. todos quedaron contentos al final de la fiesta. Definitivamente el día de nuestras vidas.