El matrimonio de Rafael y Yesica en Santa Marta, Magdalena

Llegué a la ceremonia y ya todos estaban listos, mi novio esperándome al lado de su mamá, algunas personas con lágrimas como mi abuela y una de mis damas de honor. Para la ceremonia nos tocó un padre "regañón" cosa que la gente recuerda mucho, pero todo salió perfecto.

De allí salimos a la recepción, antes de irnos recibimos la noticia que no había luz en el lugar de recepción para arrancar el sonido y la iluminación contratada. Necesitaban acpm para poner a funcionar la planta que tienen. Un poco de mala organización no prevenir esto, si Santa Marta es una ciudad donde la luz se va muy frecuentemente. Sin embargo no pasó nada, cuando llegamos nos dijeron que si pudieron poner a funcionar todo y al momento llegó la luz y ya no se fué más.

Primer baile de novios, brindis, saludo a todas las mesas, recibir felicitaciones de todos, y de ahí en adelante a disfrutar, comida, postres, bebidas y música. Hasta el momento de la hora loca donde nos dijeron que la tambora no llegó, no sabíamos qué hacer, sin embargo teníamos un grupo de vallenato así que les pedimos el favor de hacer una especie de hora loca vallenata y ellos dijeron que sí. Animaron muy bien a la gente y todos se la gozaron y lo mejor pues nadie supo del contratiempo, solo las personas a las que les contamos. Atendí mucho el consejo de 0 estrés, ¡porque los invitados no saben qué está planeado y qué no!

Luego vino el lanzamiento del ramo y la liga. No planeamos nada especial para esto, solo animación por parte del grupo vallenato ¡y lanzar! ¡Al final de la celebración no podia faltar la tirada en la piscina! Me sentí muy nerviosa ese día, sobretodo al principio del dia, lo curioso es que a medida que iba llegando el momento me iba sintiendo mas tranquila. Todo nos salió perfecto gracias a Dios, ¡fué el día más especial de nuestras vidas!