El matrimonio de Sebastian y Valentina en Cali, Valle del Cauca

Alcanzamos perfectamente a conseguirnos quien nos las arreglara, y a las 9:00 a.m. ya estábamos con las uñas impecables, dignas de tan importante evento.

Desayunamos en pleno centro de Cali avena con Pandebono, supuestamente buscando algo light, por aquello de no querer vernos más trozuditas ese día.

Caminamos por el centro en pleno sol de la mañana en Cali, nos reíamos mi mamá y yo de cuanta bobada se nos ocurriera, compramos unos cuantos pantys que no nos caería nada mal para nuestro closet, comimos chontaduro con sal y miel, y abordamos un taxi rumbo a la peluquería (obviamente mi mamá con quien intercambiara cualquier frase como: cuánto es?, o, por favor nos lleva a este sitio, inmediatamente terminaba diciendo: es que ella, mi hija, se casa en unas horas.

Allí nos peinaron, nos maquillaron, hubo unos minutos de tristeza, llanto y nostalgia porque mi perrita amada estaba muy delicada en la veterinaria, pero oré y me llené de fuerzas para verme linda, me encanta que Dios siempre tenga el control de absolutamente todo.

Mi cita en la iglesia era a las 5:00 p.m. (debía ser muy puntual, porque había firmado un compromiso días antes, donde decía que si llegaba 5 minutos después de la hora acordada, la eucaristía ya no se realizaría), a las 4:10 de la tarde llegué al hotel nuevamente, donde me esperaban mis ayudantes para vestirme.

Mi mamá estaba muy preocupada por el tiempo, pero yo me relaje, respiraba profundo y ayudaba a colocarme cuanta cosa me faltará, y así fueron surgiendo las fotos, la mayoría muy casuales.

Salimos del hotel a la iglesia, 10 minutos de distancia, pero por los trancones de mi querida ciudad, parecería un trayecto de mínimo media hora, así que mi conductor (mi tío), empezó a pedir que por favor nos dejaran pasar, que llevaba una novia tarde para su cita de amor, y que le preocupaba muchísimo que el novio no me esperara, así cualquiera da vía.

Llegue a la iglesia, y misteriosamente todos mis nervios desaparecieron, todos se entraron y me dejaron sola al lado del auto que me llevaba, así que me toco pedirle a un desconocido literal, que me ayudara a organizar el vestido en la parte de abajo, porque evidentemente no podia agacharme con mucha facilidad. A él, que no sé hasta ahora quien es, muchas gracias por la amabilidad! Sonó la marcha nupcial que indicaba que debía entrar, me esperaban en la puerta mi abuelo y mi papá, los tome de gancho y para adentro pues, sin pensar en nada, y eso sí, sin mirar a nadie.

La eucaristía fue hermosa, un lindo coro de Cali, al que recomiendo "Coro Loyola", y el Sacerdote que hizo todo muy divertido (contó cómo nos conocimos y como Sebas me propuso matri), me fue llenando de más seguridad, aunque al momento de leer los votos, mi miopía me hizo una pésima jugada, no veía la letra, así que debí sostener yo misma la Biblia casi que en mis narices y decirle cuanto amaba a mi esposo.

¡Nos casamos!, gritaba yo como loca afuera de la Iglesia Santa Teresita de Cali, mientras todos me abrazaban y me tiraban pétalos de rosas.

Ya el momento de la recepción fue maravillosa, aunque el sitio quedaba casi a 40 minutos en carro, todos los invitados llegaron sin contratiempos (sirvió muchísimo el mapa que adjuntamos a la invitación), el centro de eventos estaba decorado como lo habíamos acordado con ellos, la música perfecta, la comida exquisita, el grupo musical que conseguimos a última hora porque el anterior nos había cancelado 5 días antes estuvo maravilloso! Sin hora loca, ni nada de adornos extras para los invitados, la rumba fue hasta las 4 de la mañana.

Hicimos una actividad super linda, aprovechando que el sitio que alquilamos tenia piscina, compramos velas pequeñas que flotan en el agua; la idea era que cada familia cogiera una velita, y pidiera un deseo para ellos y para nosotros, y en silencio cada uno la iba colocando en la piscina, realmente se veía hermoso.

Recibimos comentarios positivos y llenos de buena energía recibimos de nuestra familia y amigos (obviamente uno que otro negativo, pero a esos no se les para bolas, solo sonrío, los olvido y ya).

Me divertí muchísimo, me tome uno que otro traguito (todas las mesas te ofrecen el licor que estén tomando, y mi abuelo me enseño que es de mala educación decir que no, así que todos los recibía), baile y compartí con los invitados lo más que pude.

Un par de consejos:

No te afanes, no te estreses, no te desesperes, evita dañarte el día con malas energías, desde que te levantes haz una oración armoniosa, y pídele a Dios que te llene de mucha alegría, solo de tí depende como avance tu gran día.

No te preocupes por siempre estar posando para las fotos, en realidad es muy desgastante, nosotros optamos por las fotos casuales, aunque obviamente haya que posar con la familia y amigos, pero disfruten y no se dediquen específicamente a buscar el lente!

Espero les haya gustado mi historia, y la disfruten como yo lo disfrute escribiéndola!

Muchas felicidades a todas las que ya pasamos por este mágico momento, y a las que aún no, muchas más felicidades por lo que vivirán.

¡Abrazos y que Dios las bendiga enormemente!.

Valentina.