El matrimonio de Sergio y Anyi en Bello, Antioquia

A las 5:30 llegó el carro por mi mamá y mis hermanas y yo apenas estaba en el peinado, yo quería llorar. A las 5:45 llegó mi carro con mi papá y el desespero de él al no verme arreglada se me pego a mí, todo el mundo lo llamaba a ver si yo si iba a ir, el sacerdote estaba acosando mucho, pues ya eran las 6:30 y yo sin poder llegar.

Llegué a las 6:45 por fin y pusieron a mi mami que a las carreras me echara la bendición y en medio del afán mi papá no pudo dármela, pues ya habían puesto la marcha nupcial. Entré y al ver a mi esposo me dio un ataque de pánico miedoso donde no podía ni caminar, me dieron ganas de llorar de felicidad al verlo ahí esperándome con lágrimas en sus ojos.

Es algo hermoso, la misa estuvo hermosa, el sacerdote dio un sermón muy bonito. Se termino la misa y debíamos hacer tiempo mientras todos llegaban al salón para darnos la bienvenida, aprovechamos nos tomamos algunas fotos y nos fuimos en el carro a comer empanadas. Fue algo único, todo el mundo decía, la novia está atrás comiendo empanadas (algo inolvidable).

Luego llegamos al salón, el recibimiento fue hermoso, todo estaba increíblemente precioso. Hicimos nuestro brindis, cenamos (estaba deliciosa la cena), nos tomamos las fotos e hicimos nuestro baile y abrimos la pista, todo el mundo bailaba. Mi cuñada se ganó el ramo.

A las 12 de la noche llegaron tocando unos mariachis, era la sorpresa de mis padres para nosotros 2, fue algo increíble, movió en mí todo de una manera muy tierna, era una mezcla de emoción con nostalgia, no me lo esperaba, mientras tocaban la cancion el camino de la vida mi papá rompió en llanto diciéndome (ahora si es de verdad que se me va mi niña de la casa). Niñas, nunca había visto a mi padre llorar de esa forma. Es algo que llevaré en mi corazón toda la vida.

Después empezó la hora loca y como pueden ver la pasamos super rico. Es un día tan corto para tantos meses de preparación, por eso quiero decirle a todas las aminovias que disfruten su día al máximo y que ningún percance arruine su día. Nada material opaca la alegría de recibir la bendición de Dios. Un matrimonio no es solo una gran fiesta, ni los lujos, ni el lugar, ni el DJ, el matrimonio va mucho más allá, es recibir a Dios en nuestra relación, en nuestro hogar, en nuestros corazones. Es la mayor bendición. Gracias a todas por leerme, por ayudarme en cada debate, por los mensajes tan llenos de buena energía. Que Dios las bendiga. Espero les guste las fotos.