El matrimonio de William y Daniela en Medellín, Antioquia

La crónica de nuestro matrimonio

Nuestro gran día... Al amanecer parecía ser un día muy normal, pero al pasar de las horas se iba sintiendo la angustia por todas aquellas cosas que, a pesar de que parecían ser muy simples, lograron generarme algo de estrés.

Al llegar la noche todo iba muy bien, estaba lista a tiempo para salir rumbo al altar, pero no podía faltar un fuerte aguacero, el cual no puedo explicar que sentí. No sabía si ponerme a llorar o ponerme a reír, fue un momento de mucha angustia pero, sin embargo, no me impidió llegar a la iglesia para encontrarme con mi ahora super esposo.

Al bajarme del carro me empezó a temblar todo y al entrar a la iglesia de la mano de mi madre se me hizo un taco en la garganta impresionante, el cual me hizo tomar aire por ahí mil veces para no llorar, ya que no quería que se me corriera el maquillaje.

El padre iba como en mitad de la misa y aun no lograba dejar de sentir eso tan inexplicable, ya que llevábamos 10 años de noviazgo, del cual 5 de ellos viviendo juntos. También ver a nuestro motor, nuestra vida, nuestro tesoro feliz de ver a sus papitos cumplirle su gran deseo, fue lo más lindo...