El matrimonio de William y Eliana en Dosquebradas, Risaralda
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W&E
14 Sep, 2019La crónica de nuestro matrimonio
El pasado 5 de diciembre 2018 estábamos en un paseo familiar en San Andrés, y él me invito al restaurante la Regatta, estábamos con mis papás y la mamá de él, cuando terminamos de comer, empezó a sonar la canción de Silvestre y Nicky Jam “Cásate conmigo”. En ese momento llegó un postre a la mesa el cual decía ¿Te casarías conmigo?, él se puso de pie, tomó el anillo que estaba en el postre y se arrodilló. En ese momento sentí muchos nervios y felicidad, no lo creía, con lágrimas en mis ojos le dije sí. Lo abracé y me lancé a besarlo, él después formalmente pidió mi mano a mi papá.
Comenzamos con decidir la fecha, y así empezó todo, hasta que llegó el gran día esperado con ansias. Me desperté súper temprano, sábado de sí quiero, estaba lista esperando que llegara la maquilladora. Me peinaron y en ese momento me sentía muy tranquila, ya cuando me estaba maquillando llegó el grupo de la fotógrafa y empezaron los nervios. La ceremonia de la boda sería al aire libre así que me preocupaba mucho el clima. A las 2:00 pm empezó a lloviznar, pero donde se realizaría el evento solo resplandeció el sol, gracias a Dios. No quería que nada se saliera de control, aunque a veces es imposible y no faltan los pequeños detalles, así que no importa, ya que nada puede opacar esta fecha. Me tomé algunas fotos con mi mamá antes de colocarme el vestido, tómanos una copa de vino y me entregó una carta muy emotiva, se me salieron un par de lágrimas, pero no podía dañar mi maquillaje. Al tener el vestido y el velo mis padres me dieron la bendición y mi papá me estaba esperando con una gran sorpresa, me iba a llegar en un hermoso carro antiguo y él sería mi conductor. Fue un momento muy especial, me sentía como si fuera una reina, de camino al altar la gente nos saludaba, nos grababan, nos gritaban ¡Felicitaciones!, algo de no olvidar jamás.
Seguir leyendo »Mis papás querían entregarme en el altar, estuvieron los dos, cuando íbamos por la alfombra blanca y empezó a sonar la marcha nupcial sentía algo en el pecho, un sentimiento inexplicable. Sentí que estaba llegando al cielo, mi novio me esperaba y en sus ojos veía la emoción que tenía. Me recibió con un beso en la frente y seguimos hasta llegar donde el sacerdote. Ese 14/09/2019 todo fue felicidad, un día para recordar el resto de nuestra vidas.
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