El matrimonio de Yenny y Walter en Bogotá, Bogotá DC

La crónica de nuestro matrimonio

Por fin llegó el día que planeamos con tanta ilusión. Empezamos primero agradeciéndole a Dios por llegar ese día y le pedíamos con mucha fe que todo nos saliera bien. Desde que se abre los ojos se siente una sensación inexplicable, el corazón nos latía a mil. Todo inicia con la maquillada y el arreglo. Ver cómo personas maravillosas y profesionales hacen todo para que te veas y te sientas como una princesa. Colocarme el vestido que tanto busqué y con el que hice clic al medírmelo.

Ver la alegría de nuestros papás y sentir la felicidad en todo el entorno que nos rodea, los fotógrafos capturando cada instante de alegría o las lágrimas que brotaban de la emoción. Vernos al espejo y darnos cuenta de que ya estamos listos para encontrarnos con el amor de nuestra vida da mucha felicidad. Llega el momento de recibir la bendición de los padres que da una sensación de aprobación y bendición única.

Nos dirigimos hacia la iglesia y en el recorrido nos encontramos con personas que nos daban buena energía y se alegraban al vernos como otras que todavía no creen en el matrimonio. Acercándonos a la iglesia nos cae un aguacero de bendiciones, pero a pesar de la lluvia seguíamos contentos porque pudimos llegar a tiempo a la cita de nuestra boda. Entrar cogida de las manos de mis padres, escuchar la marcha nupcial empiezan los nervios a flor de piel, ver a mi compañero de vida como estaba de guapo y esperándome con tanta alegría. Nuestros padres nos entregan como lo más valioso de sus vidas, cogidos de las manos caminamos hacia el altar de Dios, símbolo de inicio de una vida juntos. Escuchar la ceremonia, la bendición de los anillos, decir los votos que de por cierto se hace un nudo en la garganta, se traba la lengua, la voz se entrecorta y los ojos se llorocean, pero por fin llega el momento que tanto esperábamos, los declaro marido y mujer, ya puede besar a la novia, ja, ja, ja. Ese beso que se siente como el primer beso de novios y entre nosotros decíamos lo logramos, recibimos la bendición de Dios.